3. Origen

Video realizado por nosotros donde se explican
los elementos fundamentales para la creación del Partenón 

Aún durante las Guerras Médicas y para hacer frente a las fuerzas invasoras, que como hemos visto en la entrada anterior, fueron capaces de conquistar Atenas, las polis griegas formaron la Confederación de Delos, bajo la hegemonía de Atenas. 


Es en esta polis, la cuna de la democracia, donde surge una figura transcendete: Pericles. Orador y  político, fue el ídolo del pueblo durante 30 años. El siglo V es llamado el siglo de Pericles, en el cual la democracia, la cultura y las artes llegan a su máximo esplendor. Este ejerció un poder casi absoluto, aunque siempre reelegido anualmente. Las bases de su política fueron el incremento del poder y del prestigio de Atenas. Hizo que se terminara la construcción de la triple muralla que comunicaba con El Pireo y Falero, e intensificó la construcción de naves. 
      
El predominio de Atenas se puso de manifiesto en el  año 454 a.C. cuando el tesoro de la Confederación se trasladó de la isla de Delos a Atenas, donde se usó para sufragar la construcción de obras públicas y de grandiosos monumentos como el Partenón y los Propileos de la Acrópolis.

Estátua de Pericles en Atenas. Fuente: Wikipedia.org

      
Los atenienses quisieron restaurar el primer templo de su diosa –virgen,  Atenea, pero en su lugar construyeron el Partenón, en el lugar más alto de la Acrópolis. 
   
Esta obra maravillosa no fue nada fácil.  Pericles tuvo que convencer a sus adversarios ya que para empezar el proyecto del Partenón cometió dos grandes delitos. Por un lado empleó el tesoro de los confederados que debería emplearse en continuar las hostilidades contra los persas y no para embellecer la ciudad con un templo.
Estas objeciones no podían ser discutidas más que con razones muy espirituales y alegando que Atenas defendía a los confederados con su formidable armada.

 
Por otra parte le acusaban de introducir innovaciones en los  “santos lugares”, al cambiar la ubicación del antiguo templo de Atenea. Pericles amenazó a sus adversarios con  asumir todo el coste del embellecimiento de la Acrópolis, aunque él se  llevaría  toda la gloria al poner su nombre en los templos.  Aquí claudicaron los atenienses, pues la vanidad de la fama les hacía perder la cabeza.


El que fuera el hombre del pueblo pretendía con sus obras dos resultados. En primer lugar educar en el arte a los atenienses y así dar un ejemplo a todos los griegos, quería que “Atenas fuera la escuela de la Grecia” y posteriormente que esta polis “fuese objeto de  admiración del  mundo entero.”


  Para los interesados aquí os dejamos un enlace al famoso discurso fúnebre de Pericles donde sus ideales se ven claramente reflejados:
http://www.primerolagente.com.ar/img/pericles.pdf